Tras dos años de idas y venidas por el hospital, por fin tolera la leche y el queso. Ha sido muy, pero que muy duro ... cada 15 días temiendo que hubiese algún tipo de reacción, rezando porque todo fuese bien y todo ello pensando en que estábamos haciendo lo correcto.
Ahora queda una labor diaria de tomar un vaso de leche todos los días, cosa que es un sufrimiento. No hay manera de que le guste y eso también se hace duro, sobre todo pensando en no estropear lo que se ha tardado tanto tiempo en conseguir.
Pero claro que hay cosas buenas !! puede tomar muchos más alimentos y guisos, el abanico de posibilidades es mucho mayor, salimos de casa más tranquilos y sobre todo se abren muchas puertas que hasta ahora estaban cerradas.
Me gustaría dar las gracias a todos los profesionales del Hospital donde hemos pasado muchas horas (hospital público por cierto), siempre se han portado de forma correcta con nosotros y nos han ayudado en todo lo que hemos necesitado.
Personalmente, me queda la duda si este proceso "anti-natural" es lo mejor para mi hija y dentro de unos años no tendremos que arrepentirnos ... ¿lo volvería a hacer? Pues no lo tengo claro, aunque supongo que sí ... y, aviso a navegantes, si dais el paso, mucha, pero que mucha paciencia, ser constantes y cuidadosos, porque así veréis que hay luz al final del túnel.
Saludos desde las galeras.
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